No es lo mismo dormir que estar durmiendo, que evidencia. Eso mismo debió de soñar algún día Severiano mientras disfrutaba elaborando en su localidad extremeña de Villanueva de la Serena su propia cerveza, para él y los suyos, porque cuando uno se pone a mezclar, a cocer, y a esperar, llegado el momento culmen, cuando te la tienes que beber, ese momento tan íntimo, no es lo mismo sino lo compartes con las mejores gentes, las tuyas. Esas gentes, no sé lo que pensarían, no sé a qué tipo de caldos estarían acostumbrados, pero desde luego lo que tengo muy claro es lo que yo pienso...
¿... descúbreme ...? |
¡Qué afortunados somos los que sin conocerle entonces, gracias a ese sueño incondicional, hoy podemos sentirnos muy, pero que muy afortunados por tener la posibilidad de saborear una cerveza SEVEBRAU, y qué satisfechos de sus premios internacionales!.
Si, amigos, fue otra de esas casualidades forzadas la que propició que su IPA más internacional se cruzara en mi camino, casi de refilón, y que hoy esté aquí escribiéndoos sobre ella, ¡ojalá pudiese además saborearla con vosotros y vosotras y valorarla juntos!, pero ese es un encargo que me vais a permitir, os pida, con el mayor de los apremios. ¡NO OS OLVIDÉIS!, creo que me lo agradeceréis en cuanto os la acerquéis al olfato y os dejéis LLENAR con ese aroma inconfundible, y SABOR inmejorable. Los demás calificativos los pondréis vosotr@s, ¡ah, disfrutarla!.
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